En la complicada situación que atraviesa la economía actualmente, puede ser difícil encontrar trabajo. Si quieres ganar algún dinero trabajando durante las vacaciones o al salir de la escuela,
¿por qué no ser tu propio jefe?
Los siguientes 5 consejos pueden ayudarte a crear tu propio negocio:
Identifica una necesidad. Reflexiona sobre qué tipo de servicios podrían necesitarse en la zona donde tú vives. Si vives en un barrio alejado del centro de la ciudad y tus vecinos tienen que realizar diariamente largos trayectos para ir al trabajo, puede que necesiten a alguien que les ayude a pasear a su perro. Otra posibilidad es el cuidado de las mascotas durante el verano o las vacaciones. Y si en tu barrio viven bastantes personas mayores, un posible buen negocio sería ayudarles con las dificultades que puedan tener con el uso de ordenadores.
Mantén tus orejas bien abiertas para captar cualquier oportunidad que surja. Si tienes licencia de conducir y oyes hablar a una amiga de tu madre de que tiene que recoger a sus hijos a la misma hora en diferentes lugares, sugiérele que te contrate para ayudarle. También puedes ofrecerte para hacer la compra o recoger algo de la tintorería, para limpiar alguna cosa, como las ventanas de la casa, o para lavar el coche.
Fija un precio para tus servicios. Una vez sepas lo que quieres hacer, piensa cuánto podrías cobrar por ello. Busca información en Internet sobre lo que cobran otros por realizar los servicios que piensas ofrecer. Los adolescentes a menudo tienen una ventaja: al tener menos experiencia, pueden cobrar menos, y eso hará que tu negocio resulte más competitivo.
Anúnciate. Imprime algún folleto que describa los servicios que ofrece tu negocio. Detalla cuáles son tus tarifas e indica tu número de teléfono o tu dirección de correo electrónico. (Por supuesto, antes de hacer esto, habla con tus padres qué les parece.) Deja un folleto en cada casa de tu vecindario. Da algunos a tus padres para que los repartan en su trabajo. En los establecimientos del barrio, pide si te permitirían colgar uno de tus folletos en su tablón de anuncios (si haces esto, haz un anuncio especial con pequeñas tiras en la parte inferior de la hoja donde se indique el servicio que ofreces y tu número de teléfono, para que la gente pueda arrancar una de estas tiritas en vez de llevarse el anuncio entero).
También podrías usar alguna página web de anuncios clasificados gratuitos, como CraigsList, para anunciarte o bien para buscar clientes que pudieran necesitar lo que tú ofreces. De todas formas, si utilizas Internet para buscar posibles clientes, hablalo tus padres para que estén al tanto de lo que estás haciendo.
Organiza tu trabajo. Una vez consigas los clientes, lleva un registro de todos ellos. No sería bueno que olvidases sacar a pasear al perro de alguno de tus clientes porque estás dando de comer a los peces de otro. Compra una agenda y escribe en ella los trabajos que tienes que hacer cada día y la hora en que vayas a hacerlos. Una agenda puede también ayudarte a recordar cuántas veces proporcionaste un servicio a un cliente, para que después puedas cobrar tus honorarios. Para empezar a planificar el negocio, puedes pedir ayuda a alguno de tus padres, o a algún profesor o tutor de la esuela. ¡Quién sabe, es posible que tu negocio crezca tan deprisa que tengas que contratar a los amigos para que te ayuden!
Trabaja seguro. Si conduces un coche para hacer tu trabajo, querrás tener la tranquilidad de que tienes algún seguro que te cubra, sobre todo si conduces el coche de otra persona o llevas en él a sus hijos. También necesitarás averiguar si necesitas estar cubierto por algún tipo de seguro si estás cuidando las mascotas o la propiedad de alguna otra persona. Sobre esto, pide a alguno de tus padres o a un orientador escolar que te asesoren.
Con un poco de preparación, llevar tu propio negocio puede reportarte grandes recompensas, no sólo en dinero sino también en lo que respecta a la experiencia.
Los siguientes 5 consejos pueden ayudarte a crear tu propio negocio:
Identifica una necesidad. Reflexiona sobre qué tipo de servicios podrían necesitarse en la zona donde tú vives. Si vives en un barrio alejado del centro de la ciudad y tus vecinos tienen que realizar diariamente largos trayectos para ir al trabajo, puede que necesiten a alguien que les ayude a pasear a su perro. Otra posibilidad es el cuidado de las mascotas durante el verano o las vacaciones. Y si en tu barrio viven bastantes personas mayores, un posible buen negocio sería ayudarles con las dificultades que puedan tener con el uso de ordenadores.
Mantén tus orejas bien abiertas para captar cualquier oportunidad que surja. Si tienes licencia de conducir y oyes hablar a una amiga de tu madre de que tiene que recoger a sus hijos a la misma hora en diferentes lugares, sugiérele que te contrate para ayudarle. También puedes ofrecerte para hacer la compra o recoger algo de la tintorería, para limpiar alguna cosa, como las ventanas de la casa, o para lavar el coche.
Fija un precio para tus servicios. Una vez sepas lo que quieres hacer, piensa cuánto podrías cobrar por ello. Busca información en Internet sobre lo que cobran otros por realizar los servicios que piensas ofrecer. Los adolescentes a menudo tienen una ventaja: al tener menos experiencia, pueden cobrar menos, y eso hará que tu negocio resulte más competitivo.
Anúnciate. Imprime algún folleto que describa los servicios que ofrece tu negocio. Detalla cuáles son tus tarifas e indica tu número de teléfono o tu dirección de correo electrónico. (Por supuesto, antes de hacer esto, habla con tus padres qué les parece.) Deja un folleto en cada casa de tu vecindario. Da algunos a tus padres para que los repartan en su trabajo. En los establecimientos del barrio, pide si te permitirían colgar uno de tus folletos en su tablón de anuncios (si haces esto, haz un anuncio especial con pequeñas tiras en la parte inferior de la hoja donde se indique el servicio que ofreces y tu número de teléfono, para que la gente pueda arrancar una de estas tiritas en vez de llevarse el anuncio entero).
También podrías usar alguna página web de anuncios clasificados gratuitos, como CraigsList, para anunciarte o bien para buscar clientes que pudieran necesitar lo que tú ofreces. De todas formas, si utilizas Internet para buscar posibles clientes, hablalo tus padres para que estén al tanto de lo que estás haciendo.
Organiza tu trabajo. Una vez consigas los clientes, lleva un registro de todos ellos. No sería bueno que olvidases sacar a pasear al perro de alguno de tus clientes porque estás dando de comer a los peces de otro. Compra una agenda y escribe en ella los trabajos que tienes que hacer cada día y la hora en que vayas a hacerlos. Una agenda puede también ayudarte a recordar cuántas veces proporcionaste un servicio a un cliente, para que después puedas cobrar tus honorarios. Para empezar a planificar el negocio, puedes pedir ayuda a alguno de tus padres, o a algún profesor o tutor de la esuela. ¡Quién sabe, es posible que tu negocio crezca tan deprisa que tengas que contratar a los amigos para que te ayuden!
Trabaja seguro. Si conduces un coche para hacer tu trabajo, querrás tener la tranquilidad de que tienes algún seguro que te cubra, sobre todo si conduces el coche de otra persona o llevas en él a sus hijos. También necesitarás averiguar si necesitas estar cubierto por algún tipo de seguro si estás cuidando las mascotas o la propiedad de alguna otra persona. Sobre esto, pide a alguno de tus padres o a un orientador escolar que te asesoren.
Con un poco de preparación, llevar tu propio negocio puede reportarte grandes recompensas, no sólo en dinero sino también en lo que respecta a la experiencia.